¿Alguien se ha parado a pensar en cómo ha podido afectar el confinamiento a la música en general? Por un lado, es obvio pensar que además de los temas sobre este estado que ya han sacado a la palestra muchos autores y cantantes, saldrán otros en próximos álbumes inspirados en todo esto, pero tampoco debemos olvidar que uno de los grandes éxitos del año ha sido “Resistiré”, una canción que puso de moda el Dúo Dinámico en 1988 y que ahora ha sido versionada por varios artistas al convertirse en el himno popular de España durante la cuarentena por la pandemia de Covid-19.
La verdad es que yo no sé cómo funciona el tema de los derechos de autor, no sé quién se lleva el dinero cuando una canción es sacada de un cajón para volver a convertirse en todo un “éxito del verano”, pero si el compositor de la misma, Manuel de la Calva, así como el letrista, Carlos Toro Montoro, tenían derecho a algo, creo que se habrán hecho de oro en estos últimos meses.
Ni reggaetón ni voces latinas ni el “Tabú” de Pablo Alborán y Ava, “Resistiré” es la canción del 2020 por encima de todas las demás, lo queramos o no.
Pero lógicamente no vamos a estar escuchando la misma canción una y otra vez, aunque más de uno lo haya intentado, y como es de esperas, cantautores, compositores y artistas en general deben seguir viviendo de su profesión así que la producción musical no debe parar. De hecho, nada debe parar por culpa del Covid19, pero es lógico pensar que algunos sectores (más importantes que otros) se vean sometidos a una especie de paralización o estancación debido a la situación en la que se encuentra todo el planea por culpa de esta pandemia que parece haber llegado para quedarse.
No obstante, la música no va a ser uno de esos sectores estancados, y es que ya se están dejando notas tendencias muy firmes en la industria musical 2020 que ayudarán un poco a todos los que viven de este sector.
Según David Kano, su estudio de grabación en Madrid no ha dejado de funcionar en ningún momento y además, gracias a las nuevas tecnologías, se están empezando a promover algunas posibilidades tan interesantes como los conciertos en streaming.
David Kano nos ha contado cómo emiten estos conciertos desde su estudio, pero no es el único que ha optado por esta vía, son muchos los fans que pueden seguir conectados con sus artistas y asistir a conciertos en vivo desde el sofá de su casa. Hasta ahora, artistas de la talla de Alejandro Sanz o Pablo Alborán ya han probado este método y parece que funciona a la mil maravillas. De hecho, portales como Festicket en Internet no dejan de promocionar otros conciertos en streaming próximos, e incluso festivales como el Coachella de California o el festival Made In América que emitió la plataforma Tidal en directo.
Pero ¿qué otras tendencias parecen estar causando mella en este extraño 2020?
- Personalización: el usuario que ahora pasa más tiempo en casa, ya sea por voluntad propia o por obligación, quiere que le den las cosas bien mascadas y por ello las discográficas y las plataformas de streaming están empezando a llevar los análisis de audiencias a un nuevo nivel. A través de las redes sociales y del comportamiento de los usuarios en ellas y en diversas plataformas, las discográficas analizan los gustos de la población y las preferencias en base a edades, sector social, horario del día, sexo e incluso localización y después personalizan la música que van a promocionarte para intentar captar tu atención.
- Inteligencia artificial: ya la conocemos, por supuesto, pero ahora la IA no solo estará involucrada en el proceso creativo, sino también en las formas de producción y distribución de producto musical.
- Interrelación entre industrias: puede que antes cada industria pudiera vivir por separado pero ahora las cosas han cambiado, y mucho. Las discográficas ya no apuestan por vender el álbum en forma de CD en las grandes superficies o las tiendas especializadas sino que han de venderlo en las plataformas de audio como Spotify, dependen de ella para poder promocionar, vender y hacer sonar su música, por eso una de las tendencias en la industria musical en 2020 es la continuidad de la unión entre diferentes industrias para crear productos correlacionados. Un ejemplo perfecto de ello son las actuales películas biográficas que han causado furor estos meses, como “Bohemian Rhapsody”, basada en Queen. Un film que ha tenido que pagar mucho, no solo por contar la vida de Fredy Mercury, sino también pos hacer sonar su música en la banda sonora y debido a ello se ha desatado una especie de pasión hacia la banda (una pasión que nunca murió pero que parece renacida) y su discografía está volviendo a ser de las más vendidas tanto en streaming como de forma física.
- Aumento de poder de los managers: debido a todo esto las discográficas ya no tienen tanto poder como antes, básicamente porque dependen de otras empresas, por eso son las redes sociales y las plataformas quienes les han devuelto el poder a los artistas, ya que son ellos quienes, de forma mucho más cercana, pueden contactar con su audiencia, lo que les otorga mayor peso y alternativas de trabajo. Ahora bien, los artistas son eso, artistas, y son pocos los que manejan todo el cotarro a la perfección así que, si las discográficas ya no llevan la voz cantante y los artistas (que podrían hacerlo) no lo hacen, ¿quién manda realmente? Pues ni más ni menos que los managers, pues son ellos quienes publicitan, promocionan y deciden, con el consenso del artista, donde se escucha su música o para qué se utiliza.
- Canciones más cortas: La duración perfecta de una canción hasta el 2019 era de tres minutos y siete segundos. Tal y como se tratase de una ecuación, ese era el tiempo indicado para lograr objetivos reales en la Industria musical. A día de hoy y debido al streaming y las playlist, ha habido un cambio en las estructuras de las canciones que reduce en 30 segundos el tiempo de duración de las mismas. Ya la gente no se queda un rato muy largo con una canción.
- Financiación: si antes todo dependía, de nuevo, de la financiación de la discográfica, ahora todo esto ha cambiado. Actualmente hay incluso startups mediante las que los fanáticos pueden invertir en futuros álbumes de los artistas y a cambio se llevan una parte de las regalías. En otras palabras, de nuevo, ya no tienen todo el poder las discográficas y eso abre mucho el abanico de actuación.
- Expertos en tecnología: y si por si todo lo anterior no fuera suficiente, debemos tener clara una cosa, a día de hoy se pueden hacer maravillas gracias a la tecnología. Ahora mismo, ni se necesita ser un experto ni necesitas un estudio de grabación al uso para crear, editar y producir música, por eso Amazon y Apple en particular, pero también otras grandes empresas, van a empezar a producir música sin límites. Si ahora son grandes productores de series y películas gracias a sus servicios de streaming, ¿qué les impide empezar a producir música como si fueran los nuevos Spotify? Es más, yo no descartaría que incluso otras plataformas como Netflix o HBO empezarán a hacerlo también, por lo menos con las bandas sonoras de sus series y films.
Ante todo esto yo solo veo un problema, la falta de originalidad. Ya nadie descubre nada, ni personaliza casi nada. Quien canta pop y tiene un público fiel lo sigue haciendo y quienes empiezan a lanzar nuevas canciones lo hacen basándose en lo que ya triunfa actualmente como el ritmo latino, el flamenco o el rap. Nadie arriesga, nadie crea y descubre, pero también soy de las que piensa que esto no es más que una fase y que dentro de poco estallará una nueva creación, un nuevo ritmo que dará un toque distinto a la música que ahora suena en las grandes emisoras de radio, tal y como ya lo hicieron los géneros musicales que hoy conocemos de sobra: hip-hop, reggaetón, máquina, rock, pop o incluso la ópera.
Y es que los artistas son cada vez más independientes, más capitanes de su propio barco y menos dependientes de terceros, de ahí que este segura de que la creación vaya a llegar, tarde o temprano, pues tienen un millón de puertas que pueden abrir sin que nadie les ponga un candado. Además, al haber tantos artistas emergentes, ya no importa tanto la canción (aunque lógicamente debe tener una base pegadiza para que funcione), sino que lo que realmente importa es la misión, es decir, conseguir que un grupo amplio de fieles seguidores que se identifica con el fondo de la canción, e incluso con el artista en sí mismo.
Y ante todo, un artista actual debe saber sorprender. Debe ser espontáneo, debe llegar al alma, sino, todo estará perdido.