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Puede que uno de los componentes comunes de muchas disciplinas filosóficas y estudios en psicología sean ayudarnos a crear una vida de mayor satisfacción y, si cabe, felicidad.
Si bien, este parece un término algo escurridizo, son muchos los autores que lo han tratado, ya sea desde la filosofía griega, como es el caso de Sobre la vida feliz, un libro de Ediciones Aljibe donde su autor investiga qué es la vida feliz y cómo lograrla. Una interesante apuesta por crear un diálogo, cotejar y confrontarse con la tradición o pensamiento filosófico sobre la felicidad y sobre la acción afortunada.
En esta caso más que un libro de auto-ayuda se trata de un ensayo psicológico para reflexionar sobre la perspectiva de la felicidad desde el marco de la Psicología Clínica, entendida esta como u n ejercicio de madurez personal
El autor realiza un completo recorrido por comunes problemas de salud que enumera y explica junto a sus causas, tratamientos y métodos de diagnóstico. Además, completa la obra de consulta con una gran variedad de recomendaciones desprendidas de su amplia trayectoria profesional para aliviar los síntomas y actuar frente a diferentes trastornos, incluyendo, a su vez, otros puntos de vista de la medicina alternativa.
La Filosofía Taoísta para alcanzar la Paz Interior
No cabe duda de que muchas filosofías orientales están teniendo cada vez más acogida, desde la práctica del Yoga hasta filosofías como el Budismo o el Taoismo.
En esta filosofía se hace referencia al “gran camino”, esa fuerza del universo que mantiene el orden y equilibrio entre todas las cosas, gracias a esta “fuerza”, son posibles las estaciones, los ciclos vitales y los fenómenos naturales.
El tao fluye de forma constante y es solo al entender su naturaleza cambiante, cómo se logra alcanzar la paz, y es que quien acepta y sigue al tao se hace uno con el tao.
Desde Confucio a Lao-Tse, son muchos los sabios que se dedicaron a divulgar estas enseñanzas que reúnen consejos prácticos sobre los cuales fundar nuestra vida.
Entendiendo, en primer lugar, que según el Taoísmo la felicidad está hecha a medida de cada uno, y nunca es la misma para todos. Otro interesante consejo se refiere a la forma de relacionarnos buscando la amistad en personas sinceras que hablan sin rodeos y huyendo de quienes usan la adulación.
También se reitera en el hecho de aceptar las circunstancias tal y como son, como elemento principal y característico de un hombre feliz, así como renunciar a la ambición.
La práctica de la bondad sin vanidad y el coraje sin miedo. Se trata siempre de mantener ese equilibrio, esa forma de entender la armonía al manejar a la perfección virtudes como son la sobriedad, la generosidad, la sinceridad, la honestidad y la amabilidad.
Siguiendo estas premisas la satisfacción lleva a la felicidad, incluso en situaciones de pobreza, mientras que es la insatisfacción la que lleva a la infelicidad, incluso en la riqueza.
También se hace referencia a la importancia de entender la vida como un proceso de aprendizaje, en el que nuestros fracasos más que verse de forma negativa se entienden como fases esenciales en nuestro viaje, y es al levantarnos cada vez que caemos donde alcanzamos realmente la gloria.
De esta manera, es la actitud la que trae la felicidad y no el alcanzar la cima de la montaña, sino más bien la forma en la que la subimos.
Es precisamente ese juego con el lenguaje lo que más caracteriza a esta filosofía que nos recuerda que para ser verdaderamente feliz basta con entender que no se necesita ningún motivo para estarlo.
Se trata de conceptos que parecen contrastar enormemente con algunas de las tendencias más habituales en nuestra sociedad de consumo. Los taoístas recalcan la “utilidad de lo inútil”. En palabras de J.M Romero al referirse a esta filosofía comenta que”el yinshi apela a percibir la vida con amplitud cósmica y, dentro de esta percepción, a atender especialmente a las emociones que surgen de nuestro interior más profundo”.
De este modo, para el taoísta, lo esencial es la conciencia permanente, la totalidad del mundo. De ahí, su forma de entender el uso de las palabras que consideran ineficaces a la hora de transmitir la compleja y dinámica realidad.