Hay una cuestión que, en términos de cultura, es más que evidente: la lectura es uno de los factores que más importancia tiene a la hora de adquirir valores y conocer de primera mano el mundo que nos rodea. Una persona que no lee es una persona que tiene todo por descubrir y a la que le faltan muchos elementos de juicio para valorar el entorno en el que se encuentra. Desde luego, es evidente que la lectura nos hace tener una apertura de mente envidiable y que ese es un tesoro del que no nos podemos desprender.
El primero de los datos que queremos compartir con vosotros es uno de los que hemos descubierto gracias al diario ABC, que aseguraba que el 40’3% de los españoles no lee nunca o casi nunca, algo que nos apena y que, desde luego, no habla bien ni mucho menos de nuestra población. Se trata de un dato que hay que pelear hasta la extenuación y que tiene que cambiar. Y es que los hábitos de lectura son los que hacen más completa y, sobre todo, más libre a una población. Esas cosas sí que contribuyen a impulsar el orgullo nacional.
Sin embargo, el segundo de los datos que queremos compartir con vosotros y vosotras es que el 68’5% de la población en España se declara lectora, algo que nos deja un poco más tranquilos pero que no nos tiene que hacer bajar la guardia ni mucho menos. Hay algo de lo que no nos podemos olvidar, y es que una población que no lee está condenada a ser sierva de los poderosos, de todas aquellas personas cuyo principal propósito en la vida es liderar lo más parecido a una tiranía. Y esa, desde luego, es una situación a evitar por parte de todos.
Este último dato se ve refrendado con algo de lo que nos vemos dando cuenta en los últimos tiempos, y es que se han puesto de moda los muebles de librería para el almacenamiento de todo tipo de libros en papel. Porque es cierto que, a pesar del enorme momento que viven los libros electrónicos, siempre queda un espacio para el papel en lo que tiene que ver con la literatura. El olor y la textura de los libros constituyen una de las más grandes razones que explican por qué seguimos comprando libros en papel y, por ende, por qué seguimos comprando muebles de librería.
Las ventas de muebles y estanterías para el almacenaje de libros para viviendas particulares llevan un tiempo creciendo. Así es como nos lo contaron, hace unas semanas, los profesionales de Mediterráneo Exprés, especialistas en la logística del mueble y que han distribuido una gran cantidad de esos productos en los últimos meses. La verdad es que esta es una buena noticia para la cultura porque muestra que hay gente que sigue interesada en leer y culturizarse, algo que nos debe hacer sentir orgullosos y que tenemos que seguir implementando de cara a los próximos años.
Aumenta la tendencia entre personas todas las edades
El amor por la lectura es algo que está creciendo en España entre personas de todo tipo de edades y gustos. Los jóvenes, por poner un ejemplo, cada vez se equiparan más en cuanto a número a los jubilados (el grupo más numeroso de lectores) en materia leiteraria, una tendencia que debemos mantener cueste lo que cueste. Por otro lado, cada vez hay una diversidad mayor en lo que tiene que ver los diferentes géneros. La novela histórica o la novela negra son dos de las cuestiones que más llaman la atención a día de hoy, pero a nadie se le escapa que otros asuntos como la literatura infantil también van ganando terreno poco a poco.
Por regla general, las mujeres han sido, en España, más lectoras que los hombres. Pero de lo que no cabe la menor duda es de que este parámetro también se está equiparando. Nos parece que esta es una gran noticia porque contribuye a que la literatura sea algo más universal y que llega a una cantidad más amplia de grupos de población. Nadie debería quedarse al margen de todas las ventajas que implica leer y de todos los buenos momentos que eso entraña.
Leyendo, descubriremos un mundo apasionante, un mundo paralelo al nuestro pero que siempre estará interconectado de una u otra manera. Un mundo que nos hará vibrar y que, al mismo tiempo, hará que nos desarrollemos tanto profesionalmente (independientemente de la labor que desempeñemos) como personalmente. Desde luego, esto tiene un valor incalculable y que tenemos que considerar siempre a la hora de determinar lo que merece la pena dedicar una pequeña parte de nuestro tiempo a leer.