Todo lo que rodea a la cultura, en cada uno de sus aspectos, es fundamental para un ser humano que trata de crecer tanto personal como profesionalmente. Y una de las mejores maneras de potenciar la cultura es viajando para conocer el origen de las costumbres y los productos típicos de un país en concreto. Es cierto que, dada la situación en la que nos movemos en los tiempos que corren, esto se ha convertido en misión imposible. Pero volveremos a movernos más pronto que tarde, ya lo veréis. Todos y todas ya tenemos muchas ganas de ello.
La gastronomía es uno de los grandes reclamos de cualquier cultura. Una de las cosas por las que viaja la gente es para conocer de primera mano todo lo que tiene que ver con la cocina del país de destino, además de para ver sus monumentos, ciudades más destacadas y demás. Y es que es evidente que disfrutar de una gama de sabores que sea desconocida para nosotros nos pica la curiosidad desde que somos bien jóvenes. Por eso, todos los países intentan vender los beneficios de los productos que son típicos de su tierra.
Una noticia publicada en el diario El Mundo indicaba cuáles eran los principales destinos de los turistas que visitan España y que consideraban elemental un factor como la gastronomía. Tres son los elegidos: Galicia, La Rioja y Euskadi. Los tres tienen muy buena fama en lo que a alimentación se refiere: el marisco en la primera, el vino en la segunda y la carne o pescado en la tercera son atributos más que suficientes como para llamar la atención de propios y extraños. Desde luego, no es para menos. A cualquiera se le abriría el apetito con alguna de las tres opciones.
Otra noticia, en este caso propiedad del portal web Gastro Actitud, informaba de que los países de Europa que son más visitados a causa de su gastronomía son los del sur: España o Italia, entre otros. No es para menos. A nadie le sorprende que españoles e italianos estén ahí. Somos dos culturas que han sabido desarrollar y vender una gastronomía de primera calidad y muy característica, por lo que parece obvio por qué nos encontramos ahí. Si se hiciera una valoración económica de lo que gastan los turistas en comida en estos dos países, nos llevaríamos una grata sorpresa sin duda alguna.
Una de las grandes ventajas de un país como el nuestro es que nuestra gastronomía y la elaboración de productos asociados a ella es un canal perfecto para promocionar nuestra cultura porque son muchas las personas que acuden a nuestros pueblos y ciudades con el objetivo de conocer de primera mano nuestros platos y menús típicos. Y también nuestras bebidas. Esto es precisamente lo que nos han transmitido, en una charla reciente, los profesionales de SC Selección. Y es que sigue aumentado el número de personas de otros países que se muestra interesada en conocer los procesos por los cuales se elaboran.
Una atención que también demuestran los españoles
No son solo los turistas extranjeros los que realizan viajes como los que os acabamos de comentar. Los españoles también nos venimos interesando de un modo más y más evidente por todo lo que tiene que ver con nuestra gastronomía. Y esa es la mejor manera de hacer de ella un reclamo brutal. No hay nada mejor que 46 millones de embajadores de lo nuestro. Nada mejor que tener a toda nuestra población volcada con la gastronomía de su país. Esto hará que sus ventajas resuenen en otras partes del mundo.
Como ya hemos comentado más arriba, de momento los viajes entre países son algo complicado, que no sabemos exactamente cuándo vamos a retomar. Pero está claro que en algún momento recuperaremos esa libertad que tan felices nos hacía y que perdimos a causa de la llegada de la pandemia. Será entonces cuando España vuelva a recibir la visita de millones de personas que, además de disfrutar de nuestro sol, nuestras playas, nuestras temperaturas, nuestras montañas y nuestra historia, también se sentirán enamorados de nuestra gastronomía. Lo tenemos bien claro y siempre lo tendremos.
Nunca debemos perder esa apuesta por la gastronomía que hemos ido trabajando a lo largo de los siglos. Tiene una importancia tremenda para nosotros y para nuestras empresas, identidad y cultura. También para nuestra economía. Y es que España, que es una referencia en materia gastronómica, no se puede permitir el lujo de prescindir de todos los beneficios que están asociados a la misma. Sería lo más parecido a suicidio que podríamos realizar, así que ya sabemos lo que debemos seguir haciendo: seguir promocionando nuestra cultura, nuestros valores, nuestra gastronomía. Con ellos nunca saldremos perdiendo. Con ellos… hasta el final.