Mucha gente hace turismo cultural (muy respetable), otros hacen turismo de playa (cuidado con el sol), otros hacen turismo sexual (mucho más cuidado) y otros practican el turismo de borrachera (poco respetable y nada útil). En mi caso, practico el turismo gastronómico. Es decir, visito distintas ciudades para probar sus platos más tradicionales, para conocer su forma de cocinar y para empaparme de sus alimentos. Una recomendación muy grande, pero ahora bien, otra también es que tengamos cuidado con la báscula. Yo cuando voy de viaje no me privo de nada, pero cuando regreso, hay que quemarlo en el gimnasio. Una cosa no quita la otra.
Mi último viaje ha sido a Barcelona. La ciudad condal que es una pasada. No me extraña que sea la segunda ciudad más visitada de España. Solo superada por Madrid. Creo que Barcelona sea posiblemente la ciudad más cosmopolita de nuestra geografía y atrae visitantes en todas las épocas del año. Vanguardia, playas, espectáculos, shopping y un patrimonio monumental y artístico sin igual, son sus principales recursos para recibir cada día más visitantes. Aunque hoy os quiero hablar de su gastronomía. Un viaje muy recomendable en todos los sentidos.
Estuve durante tres días, creo que es lo más adecuado para conocer la ciudad de una manera culinaria. También os digo que siempre que puedo intento hacer un poco de turismo cultural, pero ahora bien, me tiene que venir perfecto para poder compaginarlo con mis rutas gastronómicas. En mi viaje a Barcelona estuve alojado en el Mercer Barcelona, un hotel céntrico de cinco estrellas que está en el barrio Gótico, muy cerca de la Catedral. Por lo tanto, el corazón de una ciudad que me comería a pedazos. Os voy a contar los platos que tenéis que comer en Barcelona.
Pan amb tomaquet
Para abrir boca comenzamos con el más habitual. El famoso pan amb tomaquet o sea, el pan con tomate. Algo que habrás comido en todos los lugares. Incluso en hoteles cuando vas de vacaciones. Ahora bien, aunque pueda parecer un plato muy común, el pan con tomate es una de las tapas preferidas por los catalanes y por los turistas y sobre todo es diferente de lo que parece ser un simple pan tostado, por la forma en que se prepara el pan. Y es que no en todos los sitios sabe igual.
Por ejemplo, el tomate no se corta en trozos pequeños, sino que se corta por la mitad y se frota directamente sobre la rebanada de pan a la que se añaden un poco de aceite y un poco de sal. También es vital conocer el tipo de pan, por ejemplo en mi caso me recomendaron usar el pan de coca o la baguette francesa. Si quieres acompañarlo con un poco de fuet catalana, es tu opción. Yo no lo haría.
Bikini
Seguro que lo has comido mil veces en tu casa, pero aquí en Barcelona es algo muy habitual porque te lo sirven en bares y restaurantes. Un sándwich muy simple hecho con jamón y queso. Lo suelen poner con patatas fritas o con un poco de salsa guacamole hecha con aguacate.
Coca
Ahora sí vamos con algo muy típico de la ciudad condal. La coca. Hablamos de una especie de pastel que se llena con ingredientes al gusto: jamón ibérico, queso, verduras. Unas versiones de los más comunes es el pan de coca con escalivada, otro plato típico. Si eres goloso prueba la Coca de Sant Joan, una coca dulce que se come para el Festival de Sant Joan, que tiene lugar a finales de junio.
Butifarra
¿Qué sería de Cataluña sin su butifarra? Hablamos de otro plato típico de la auténtica cocina catalana. Es una salchicha sabrosa cocida a la parrilla, que suele ser acompañada con frijoles blancos o frijoles rosados. La butifarra puede ser blanca o negra, según gustos. Te recomiendo que pruebes las dos.
Escudella
Si a nivel mundial es conocido el cocido madrileño, como no, los catalanes también tienen su versión. Se prepara con carnes (oreja de cerdo, huesos de jamón, ternera…) y verduras (puerros, zanahorias, apio, cebolla). Está claro que para comer este plato no tienes que mirar las calorías. Te vas a poner como el Kiko porque se trata de un plato con muchas calorías pero con mucho sabor, que diría Samanta en Masterchef.
Samfaina
Son hortalizas sofritas en aceite de oliva. Se puede comer sola o como acompañamiento de platos de carne y de pescado como atún o bacalao.
Espinacas a la catalana
Están muy buenas, y eso que no soy muy amante de las “comidas verdes”. Las espinacas se saltean con piñones y pasas, y le dan un sabor muy rico. Es una manera de convertirte en un Popeye y no sumar muchas calorías a tu cuerpo.
Calçots
Para el último lugar he dejado algo que debería ser nombrado patrimonio de la Humanidad en Cataluña. Algo que hay que venerar tanto como a Messi o a la Sagrada Familia. Se trata de los famosos calçots. Se trata de unas cebollas típicas de Catalunya que se hacen a la parrilla y mojan en la salsa romesco. Una salsa que se prepara con una mezcla de tomate, pimientos de romesco, piñones, avellanas, almendras, ajo asado, perejil, y pan. Prueba a comerlos de un bocado y te vas a quedar a cuadros.
Aunque lo que más me gustó de este alimento es la parafernalia que hay a su alrededor. Lo mejor es comerlo con amigos todos juntos cerca de la parrilla, tomando el Calçot, y sumergirlo en la salsa. Luego hay que inclinar la cabeza hacia atrás y poner el Calçot en la boca, tratando de no ensuciarse con la salsa que inevitablemente te caerá sobre la chaqueta. No lo recomendamos para una fiesta romántica, pero es genial para una reunión de amigos.
Aquí tienes una extensa variedad de platos típicos que puedes encontrar dentro de la gastronomía barcelonesa. He intentando hablar de lo más tradicional pero también con variedad. Así la cosa irá por gustos.